La riso, el mimeógrafo y el pinocho pertenecen todos a la familia tecnológica de la duplicación por medio de esténcil. Un esténcil es una plantilla para estarcir. El esténcil que empleaban los mimeógrafos era un papel poroso, cubierto de una capa de cera. Esa cera se retiraba con algún instrumento agudo (pero no tanto que rompiera el papel poroso de base) para permitir, en esas áreas, el paso de la tinta (este proceso se denominaba picar el esténcil, y una gran ventaja de esta tecnología es que podía emplearse una máquina de escribir para realizarlo). Luego se montaba en el aparato, y comenzaba la reproducción mecánica. En el lenguaje de la riso, el esténcil lleva el nombre de máster, pero el principio es el mismo. Se trata, en su caso, de un papel con dos capas, una porosa y otra impermeable, de polietileno. Por medio de calor, la riso retira, en puntos, el material impermeable. La tinta pasa al papel por los poros abiertos de esa manera. Tanto en el mimeógrafo como en la riso, una vez que el esténcil tiene la información registrada, por un medio o por otro, se monta sobre cilindros que giran, forzando la tinta en cantidades mínimas a través de los poros, y el papel, recogido de una charola de entrada, es presionado contra el cilindro que lleva el máster, por un rodillo impresor, y depositado posteriormente en un charola de salida. La impresión a base de esténcil tiene parecido, como es claro, con la serigrafía. El pinocho es el artefacto en que se reencuentra la mimeografía con la serigrafía: en lugar de ir montado en un cilindro giratorio, el esténcil, en el caso del pinocho, contra una seda, tensada por un bastidor de madera, y queda inmóvil, adherido por la viscosidad de la tinta. La tinta se pasa a mano, con un rodillo de grabador. Se realiza una copia a la vez. El dispositivo pesa un par de kilos, y se carga como un discreto maletín. De la riso, al mimeógrafo, al esténcil hay un camino de minimización que redunda en el incremento de la capacidad de movilidad y de autonomía.

Este trabajo se realizará en coordinación con la Casa del Ahuizote, ya que emplea un duplicador digital riso para sostener un programa de imprenta/editorial. Se trata de una tecnología idónea para el espacio. Permite tirar volúmenes importantes de reproducciones a un costo relativamente bajo, con una operación muy sencilla. La riso es además sumamente eficiente en el uso de los dos consumibles que emplea para producir: tinta, desde luego, y papel máster, del que la máquina deriva un esténcil. La capacidad tecnológica que dio a la riso una ventaja enorme frente a las otras tecnologías de reproducción a base de esténcil, como el mimeógrafo, fue la posibilidad de transferir datos digitales al máster, por medio de una interfaz digital: condensó dos procesos que antes iban separados: 1) la escritura del esténcil y 2) la reproducción mecánica de esa información a partir del mismo.